martes, 30 de diciembre de 2014

de desastres y otras cosas que no existen

hay muchas cosas que ya no son tristeza pero se notan
o se extrañan
como el pelo escurriendo
o el tabaco
o el frío
como el olor en las sábanas
o la saliva
o la convulsión
o la carcajada
como los negocios imposibles
o los rizos
o los tenis
o lo que leímos
o los estatus
como los delirios
o la tersura
o la belleza
o la delicadeza
o la revolución
o la vida
como despedirse desde la ventana de un taxi
o demolerse
o replegarse
o quedarse callado
o instalarse en la cordura
o acurrucarse
o respirarse
las mujeres más bonitas huelen a desastre y a dulce de leche
considerando el poema en tu cuello yo no existo




Todo lo que escribas puede ser usado en tu contra

yo no le quiero heredar mi riqueza a un jardinero (hallmark revisited: ©silki)
en ese ritmo trepidante
cuando los animales huyen asustados
por los truenos de una gran tormenta
en esa parte donde el amor se confunde
yo nunca soy simone ni yoko ni olga knipper
ni una botella de whisky
ni un látigo
vaya
nunca soy el amor necesario
(del libro: luna conjunción mercurio orbe 7° 37')
José Eugenio Sánchez Ft Claudia Silki

domingo, 21 de diciembre de 2014

#1 Nonada

En mi cabeza hay un festejo
y una anécdota que se quemó por pasarse de detalles
un desvío de mirada antes y lo hubieras evitado
un perder la respiración menos y lo hubieras evitado
una pausa menos y […]

En mi cabeza hay un ultimátum
y una creencia de que las mentiras son corteses y heroínas.



nomeinteresa
noquierosabernada
nomeimporta
noveo
noescucho
nohablo
noescribo
nolloro
norespiro
no me diluyo en ningún mar
noextraño
no quiero ser la generalidad de nadie
notenombro
no existimos en ningún mundo
nopregunto

no amarte me libera de odiarte
nopasanada
noduelenada

nonadadenada

martes, 2 de diciembre de 2014

Diciembre


 Tengo pereza
 y  sé todo eso que no debería saber
y tengo la tristeza de lo debe esconderse
vivo a la sombra
destinada al destierro
ensimismada.


El primero de diciembre cumple años mi mejor amigo y biógrafo.

El primero de diciembre cumple años mi Vasconcelos.

El dos de diciembre  nadie cumple años.

El tres de diciembre ya no es tu cumpleaños, Javier.

El tres de diciembre ha muerto Leñero.

El cuatro de diciembre…

El cinco de diciembre…

Todos los días de diciembre se cumplen tus palabras, Javier:

Dijiste que daba pereza y tenías razón.

Dijiste que estábamos malditos y tenías razón.

Dijiste que el amor… y tenías razón.

El diez de diciembre es el día del payaso.

Dijiste que no tenías nada que ofrecerme y tenías razón.

Dijiste que la gente como tú y como yo siempre iba a saberlo todo y tenías razón.

Dijiste que siempre estaría sola y tenías razón.

.
.
.

El veinte de diciembre cumple años ALguien a quien no podré abrazar.

El veintiuno de diciembre te prometo que me voy.

El veintidós de diciembre no le importa a nadie.

El veintitrés de diciembre ya no es tu cumpleaños, Antonio.

El veinticuatro de diciembre…

El veinticinco…
.
.
El veintiocho de diciembre nadie nace en serio.
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¿Qué se puede hacer para que diciembre ya no exista?

viernes, 24 de octubre de 2014

Shhh

Me voy a quedar callada y voy a cerrar los ojos y voy a hacer como que no nací, como que nunca ha habido necesidad de verme o escucharme o tratar de acomodarme en alguna parte.

Me voy a quedar inmóvil  y voy a hacer como que todo ha sido el sueño –a veces pesadilla- de un colibrí, con sus dos mil latidos por minuto.


Me voy a quedar así hasta que las ausencias se vayan y yo deje de ser la eterna promesa que nunca se cumple, de que algún día voy a ser un latido –uno solo- que valga la pena.


Un día, escuchas el eco de tu voz rebotando en los huesos de tu cráneo y te das cuenta de lo patético de un existir como el tuyo; tan hueco, tan lleno de nostalgias baratas, tan apolillado y amarillo.

Se está muriendo el país y tú estás distraída pensando en eso que nunca ha sucedido ni sucederá.

Se está muriendo la fe y tú, aquí, poniéndole parches a una máscara.

Se está muriendo el tiempo y tú estás ahogándote en sueños.

Se están muriendo las cosas que importan y tú, aquí, decepcionada porque no sabes cómo dormirte para siempre.

Todo se muere delante de tus narices y ¿tú? dibujando en la pared una puerta sin llave.


Cada vez encuentro venenos más complicados.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Te vi...

[ Me dan miedo los árboles en tus ojos ]

Flashback

para A:


Estoy afuera. Rizos; ¿y si nos vamos?; ¿y si nos quedamos?; humo; “por mí ni se preocupen”; bueno… AZUL; mitades; escaparnos; llevarnos esto, esto y aquello; luz; "la atmósfera", dije; levedad; temblor; caminar sobre la cama; ¿qué haces?; música; sonrisa malévola; "desde que te vi...", dijiste; alcanzar el techo; ojos; beso; rojo bordado; cuatro; la fuerza, la templanza, la emperatriz; el ermitaño –te persigue-; XII, XV; el sol; sincronía. Me gustas como para…; ¿dónde estamos?; adentro; afuera; del beso; mejor un corto; derramar; más sonrisa; agua; ya me conozco; ¿me conoces?; otra vez; ¿te puedo decir mi amor?; así; abrazo; sueño; te quería; me gustas como para que no vivas conmigo;tener; si te vas no te vayas; olor; te aprovechas de mi debilidad; ¿y si…?... Nada. Hola.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Nublada

Llorar por la pereza.
Llorar por nuestra casa.
Llorar por la vida que no vimos.
Llorar porque eres mi espejo.
Llorar por nuestras ganas de matarnos.
Llorar porque puedo vivir con ello.
Llorar por los ojos que se cerraron.
Llorar porque no puedo ver al sol directamente.
Llorar porque no tienes corazón.
Llorar porque eres lo más espectacular que he visto.
Llorar por la resaca.
Llorar porque  te ibas a volver loco y no te volviste.
Llorar por el déficit de poesía.
Llorar por no poder recordar lo que vestías el día que me dijiste que me amabas.
Llorar por esa explicación innecesaria que me regalaste
Llorar porque volé  hasta donde no quisiste alcanzarme.
Llorar porque se esfumó el olor en la maleta.
Llorar porque no quiero que me elijas.
Llorar porque sí quiero.
Llorar por la felicidad de los extraños.
Llorar por los planes escritos en sueños.
Llorar porque no somos.
Llorar por el escenario.
Llorar por la belleza.
Llorar por la rudeza.
Llorar porque llegué retrasada.
Llorar porque se me hizo muy temprano.
Llorar por no ser lo que parezco.
Llorar porque también presiento las despedidas.
Llorar porque mi cariño causa miedo.
Llorar porque te lo agradezco.
Llorar porque a veces me inunda el amor.
Llorar porque las otras veces tengo toda la soledad del mundo en los ojos.
Llorar por el tanto que se vuelve un vacío inmenso lleno de nombres.
Llorar porque me siento diminuta ante la grandeza de las flores.
“Llorarlo todo, pero llorarlo bien”.