viernes, 24 de octubre de 2014


Un día, escuchas el eco de tu voz rebotando en los huesos de tu cráneo y te das cuenta de lo patético de un existir como el tuyo; tan hueco, tan lleno de nostalgias baratas, tan apolillado y amarillo.

Se está muriendo el país y tú estás distraída pensando en eso que nunca ha sucedido ni sucederá.

Se está muriendo la fe y tú, aquí, poniéndole parches a una máscara.

Se está muriendo el tiempo y tú estás ahogándote en sueños.

Se están muriendo las cosas que importan y tú, aquí, decepcionada porque no sabes cómo dormirte para siempre.

Todo se muere delante de tus narices y ¿tú? dibujando en la pared una puerta sin llave.


Cada vez encuentro venenos más complicados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario